EL PRESENTE SERA MEMORIA

EL PRESENTE SERA MEMORIA
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Broken 2.  2012. 360 x 165 cm
LISTA DE ARTISTAS
Francisco Aliseda
Julián Alonso
Eugenio Ampudia
Javier Ayarza
Bene Bergado
Ignacio Caballo Trébol
Rufo Criado
Luis Cruz
Juan Cruz
Félix Curto
Carlos de Gredos Hoyocasero
Elefante Rosa
Elena Fernández Prada
Dora García
Alberto García-Alix
Ruth Gómez
Antonio Guerra
La voz de mi madre
Lola Marazuela
Luis Martínez del Río
Enrique Marty
Paco Mesa
Diego Movilla
Paloma Navares
Marina Núñez
Ángel Núñez Pombo
Paloma Pájaro
Concha Pérez
Francisco Pino
Alejandro Plaza
Concha Prada
Jorge Quijano
Fernando Renes
Néstor Sanmiguel Diest
Rafa Sendín
Un Mundo Feliz (Sonia Díaz, Gabriel Martínez, Galfano Carboni, Fernando Palmeiro, Javier García, Marian Navazo e Ignacio Buenhombre)
Daniel G. Verbis
Silvia Zayas
El presente será memoria.
35 años de arte contemporáneo en Castilla y León
MUSAC OFF
29 de octubre, 2018 – 11 de diciembre, 2018: Sede de las Cortes de Castilla y León (Valladolid)

Lo que recordamos, nuestra memoria, se modifica constantemente para adaptarse a nuestro presente, a un contexto en cambio permanente. No es una grabación fija como la de una videocámara, sino que se ve afectada por la “edición” que realiza el hipocampo, encargado de reconstruir nuestros recuerdos para que se ajusten a la realidad del momento en que son evocados.
La experiencia se convierte en memoria insertando de forma incesante fragmentos del presente que son proyectados sobre la película –original o ya editada– de nuestros recuerdos.
Quizá por eso Jorge Luis Borges afirmaba que el ser humano es la suma volátil del tiempo que ha recorrido:

Somos nuestra memoria,
somos ese quimérico museo de formas inconstantes,
ese montón de espejos rotos*.

La lucha contra el olvido yuxtapone unas memorias a otras, unas ideas a otras, de forma no lineal ni ordenada con el objetivo de asentar nuevas teorías (y nuevas prácticas) que dejarán de ser nuevas antes de volver a serlo otra vez, porque la evolución histórica de la cultura nos ha enseñado a comprender y aceptar que todo es relativo, que depende del momento o del tamiz a través del cual se lean.
Los museos –sus colecciones– son contenedores de la memoria; una memoria entendida, como señalaba Walter Benjamin, no como “un instrumento para explorar el pasado, sino solo su medio”. El medio de lo vivido. Contenedores de espejos que nuestra experiencia rompe de múltiples maneras porque una de las tareas principales del arte es la de acomodar las múltiples lecturas de un mismo hecho para que en adelante tengan sentido para otros.
El presente será memoria es el título de la exposición con la que se conmemora la promulgación, hace 35 años, del Estatuto de Autonomía de Castilla y León dentro del marco de la Constitución Española. Incluye obras de una treintena de artistas de Castilla y León que forman parte de la Colección MUSAC, de la Colección de Arte Contemporáneo de la Junta de Castilla y León (en depósito en el MUSAC desde 2017) y del Centro de Documentación MUSAC, que han contribuido al desarrollo y crecimiento del panorama del arte contemporáneo español en estos últimos 35 años.
Con ella se quiere rendir homenaje al papel de sus museos y sus colecciones de arte contemporáneo como puentes entre pasado, presente y futuro en su tarea de conservar ideas y objetos de importancia cultural o histórica y preservarlos para las futuras generaciones.
Castilla y León cuenta con un rico patrimonio histórico y artístico, que alimenta la memoria y la proyecta hacia el futuro. El MUSAC, con su compromiso por la conservación y difusión del arte y cultura del presente es el último eslabón de una cadena que arranca muy atrás y ha de seguir creciendo.
Su colección nació en 2003 con la intención de ser un “Museo del Presente”, tal como lo definió Rafael Doctor, su primer responsable, quien fechó su cronología en el periodo que va desde la caída del Muro de Berlín y la reestructuración política de Europa en 1989 hasta ahora mismo. Con Manuel Olveira como actual Director, la Colección mira levemente hacia atrás, revisando las prácticas artísticas realizadas entre los años 60 y el momento presente.
Por otra parte, la Colección no quiere ceñirse a un determinado territorio sino que tiene vocación internacional, mirando desde lo local a lo global. Lo local, en este sentido, lo define la propia Comunidad de Castilla y León, territorio que en el devenir de la historia ha alumbrado grandes artistas con proyección internacional.
El MUSAC ha sido testigo de la trayectoria y madurez de los más recientes, apoyándolos con su programa de exposiciones, con las becas de creación artística o en la adquisición de obras. Tras las primeras adquisiciones en 2003 y con la incorporación de la Colección de Arte Contemporáneo de la Junta de Castilla y León y la Colección del Centro de Documentación MUSAC, el museo cuenta ahora con tres colecciones que se entrelazan y completan, y que ofrecen una visión más amplia de los trabajos de los artistas de la colección original, sobre todo los de Castilla y León.
Aunque no es el objetivo de esta exposición diseccionar las tendencias conceptuales y formales del arte contemporáneo en Castilla y León en los últimos años, su simple salida de los almacenes para ponerlas una junto a otra por primera vez y conocer el trabajo de varias generaciones nos va a permitir realizar relecturas que nos lleven a nuevas visiones.
El presente será memoria incluye una selección de obras que responden a las cuestiones que marcan la agenda del debate artístico a nivel internacional pero enfocadas desde una perspectiva contextual que permite al público dialogar globalmente desde lo local, o incluso desde la memoria personal o cultural para replantear el pasado no como una narración fija sino como una multiplicidad de voces y puntos de vista.
Empezando por “Pêro Escobar vs. Elvis Presley” del proyecto “São Tomé Revisitado” (2012) de Silvia Zayas, un viaje desde la memoria íntima y el olvido, la muestra traza un recorrido por diferentes cuestiones que el MUSAC trata no solamente en la Colección sino también en su programación expositiva. El territorio, ese retrato cambiante de Castilla y León, pone en evidencia temas de interés actual como la despoblación o repoblación de zonas rurales, recogidas en las obras de Elena Fernández Prada, Javier Ayarza o Antonio Guerra. Un recorrido por el paisaje, desde la representación del espacio real o imaginario, ha llevado también a muchos artistas a hablar de su propio contexto, o de la relación que entablan los seres con su entorno, desde las intervenciones reales recogidas por Alejandro Plaza en el proyecto de El Apeadero, las realizadas por Lola Marazuela y Paco Mesa trazando una línea paralela 45º 25″ Norte o las construcciones poéticas hechas por Carlos de Gredos en Ávila. El paisaje puede convertirse en representaciones abstractas o fragmentadas como en el caso de Luis Cruz, Concha Pérez o Daniel Verbis, y nos lleva a las experimentaciones formales que devienen en poesía, reflejo de una expresión sentimental que engloba más a un universo personal y a la memoria que a la realidad exterior, como en las obras de Néstor Sanmiguel Diest o Rufo Criado.
El sujeto como individuo y como parte de una sociedad es otro de los temas con fuerte presencia en la Colección. La identidad individual parte de la premisa de “conocerse a sí mismo”, y por tanto, “conocer al otro”. Así se engranan otros temas relacionados con las identidades de género –en el caso de Paloma Navares o Jorge Quijano– o la otredad–en el caso de Marina Núñez, Enrique Marty o Bene Bergado–.
Por último, hay un apartado que reflexiona en torno a la crítica institucional y los conceptos de arte y artista con la “Mesa de pe(n)sar” (2003) de Eugenio Ampudia; la relación de los artistas con su entorno, con los vídeos de Ruth Gómez o Rafa Sendín; o la concepción misma del objeto artístico y su materialización en el terreno de la exposición en las “100 obras de arte imposibles” (2001) de Dora García.
Una parte importante de la exposición es una pequeña selección de materiales procedentes de la Colección del Centro de Documentación MUSAC. Esta Colección incluye aquellos objetos que pretenden democratizar el valor del arte contemporáneo a través de ediciones especiales, libros de artista, fanzines, objetos de artista, etc., y que suponen una continuidad discursiva o formal con la producción de sus autores.
Estas obras, cuyo denominador común parece provenir de un origen meramente geográfico, nos recuerdan, sin embargo, el sentir específico de un momento y lugar concreto, convirtiendo ese “presente” en “memoria”.

* J. L. Borges, “Cambridge”, en Elogio de la sombra, 1969